He imaginado ya
no sé cuantas veces,
el tenerte día si, día también.
He imaginado cómo
sería romperme
en las líneas de tus manos
y vengo a declararme
como la mayor suicida
desde la hebilla de tu cinturón.
Te he imaginado nadando
entre los piegues de mi falda.
Te he imaginado trazando un plan
contra mis enfados y mi mal humor.
Me he imaginado escribiendo
los versos más obscenos
en las comisura de tus labios.
Imagínate.
Le he preguntado al destino
que si puedo vivirlo contigo
y aún no he recibido
ninguna respuesta coherente.
Y es que ni tan siquiera
puedo imaginarme sin ti.
Imagínate.
Te medía a kilómetros
y te sentía a centímetros.
Me he imaginado dentro
de unos años
en el mismo banco
de siempre
acariciando tu pelo
riendo a carcajadas
y hablando de un
futuro de la mano.
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