¿Sabéis?
El sentimiento
de culpa es destructivo,
aunque no hayas
llegado ha hacer nada.
Tanto si es por
algo que hemos hecho,
como por algo que
no hemos sido
capaces de hacer.
¿Dónde está el límite?
¿Quién sabe realmente
diferenciar
entre lo bueno
y lo malo?
No sé,
quizás nunca lo sabré.
La culpa me consume
cual cigarrillo a media noche,
pero a la vez me
siento mejor que nunca.
Había puesto su mirada
en mi conciencia,
ya no era inmune
a su barba y a su sonrisa.
La noche se volvió frágil,
mis labios
estaban demasiado rojos
y el dejarme llevar
ya no era nada nuevo.
¿Sabéis?
El sentimiento
de culpa es destructivo,
aunque no hayas
llegado ha hacer nada.
Tanto si es por
algo que hemos hecho,
como por algo que
no hemos sido
capaces de hacer.
¿Dónde está el límite?
¿Quién sabe realmente
diferenciar
entre lo bueno
y lo malo?
No sé,
quizás nunca lo sabré.
La culpa me consume
cual cigarrillo a media noche,
pero a la vez me
siento mejor que nunca.
Había puesto su mirada
en mi conciencia,
ya no era inmune
a su barba y a su sonrisa.
La noche se volvió frágil,
mis labios
estaban demasiado rojos
y el dejarme llevar
ya no era nada nuevo.
El sentimiento
de culpa es destructivo,
aunque no hayas
llegado ha hacer nada.
Tanto si es por
algo que hemos hecho,
como por algo que
no hemos sido
capaces de hacer.
¿Dónde está el límite?
¿Quién sabe realmente
diferenciar
entre lo bueno
y lo malo?
No sé,
quizás nunca lo sabré.
La culpa me consume
cual cigarrillo a media noche,
pero a la vez me
siento mejor que nunca.
Había puesto su mirada
en mi conciencia,
ya no era inmune
a su barba y a su sonrisa.
La noche se volvió frágil,
mis labios
estaban demasiado rojos
y el dejarme llevar
ya no era nada nuevo.