tan fuerte,
que la seguimos
recordando
mucho después
de haberse
desvanecido,
un impulso
tan seductor
que puede
empujarnos
a brazos de
amantes inesperados...
una sensación
tan abrumadora
que puede derribar
las murallas
que hemos levantado
para proteger
nuestro corazón,
un sentimiento
tan intenso
que surge aunque
nos afanemos por
mantenerlo enterrado.