Sin buscarte,
sin buscarlo...
Te encontré.
Y te guardé en
una pequeña cajita
en la que conservo
mis mejores recuerdos.
Pero al contemplar tu foto
me di cuenta de que
no eras un recuerdo.
Eras una realidad.
Te saqué.
De la cajita te saqué.
Y ahora campas por el mundo.
Cada vez que sorteas los charcos
de un salto,
me da un vuelco el corazón.
No quieres volver a mi cajita.
Prefieres ser ese muñequito
que camina por la
orilla de mis venas.
A punto de mojarte.
Prefieres ser el
motivo que mantine
a mi corazón bombeando
sangre una y otra vez.
De manera descontrolada.