viernes, 5 de octubre de 2012

Tropezar otra vez.

Y todavía 
recuerdo aquel día.  
Ese adiós 
en el último momento,  
con dos besos 
rápidos entre miradas,  
queriendo despedirnos 
de otra manera.  
Sin poder.  
Momentos antes,  
perdidos entre 
un beso de pasión,  
escondidos 
tras la puerta,  
entre caricias 
y besos que 
parecían eternos,  
entre interrupciones 
y tensión pero 
a la vez,  
dejando hablar 
a nuestros cuerpos.  
Entre luz 
y oscuridad.