Hoy es el día de la poesía.
Es el día de las sonrisas,
de las noches en vela,
de los sentimientos,
de los folios en blanco.
Porque no conozco mejor forma
de querer que através
un mensaje,
una hoja de libreta
con un corazón escrito a boli,
un "te quiero" dibujado
con mi dedo índice en tu espalda
o con una notita en la nevera.
Feliz día a todos
y cada uno de vosotros
no quería despedir este día
sin dejaros un regalito
de Irene X, si aún
no la conocéis no dejéis de
leer:
Me estoy haciendo pequeña como una hormiga arrastrando una miga de pan
Un anillo en el anular todo esto que podría haber acabado de blanco en Las Vegas
Un miércoles cualquiera en mitad de un domingo,
quise hacértelo todos los días de la semana que viene,
y de la anterior.
Se te ha escapado una risa malvada
cuando te he confesado que:
la indiferencia
y
las avispas
y he omitido:
- Y que algún día lo tengas en cuenta -
Esa no se te ha escapado.
La nostalgia egoísta de lo que podría haber tenido,
me sabe a mermelada del sabor de tu boca desde las alturas
Todo lo que pruebo desde entonces
te pone a prueba
y me pone la mitad.
Debo ser la típica gilipollas atípica
que todavía te rebobina
cuando no quiere avanzar
y se arrepiente todas las noches
de no haber acabado la película.
Tu cuerpo era el final alternativo de El club de la lucha
y yo,
sólo la entrada de incendios.
Ahora que volvería a la guerra,
me angustia la fría.
Y que la confundas con la paz.
Tú siempre tan con la cabeza en otra parte,
mientras yo sólo pienso en sujetártela.
Hasta perder la mía.
Al menos podrías ir lanzando tus huellas,
como caramelos,
por el camino.
La consolación no es ningún premio,
pero consuélate conmigo.
Tal vez podrías aparecer.
Llamar al timbre.
Ni una
ni dos:
- tres veces -
como un cartero distraído.
Pedirme que baje a jugar
acabar subiendo tú
traerme buenas noticias
llevarte las malas.
Y dárselas a quien quiera tocarte esta noche.
Porque pienso pasar todo este sueño contigo
en aquel sitio donde tú soñabas llevarme
Porque después de esta tormenta
no se va a atrever a venir
ni
la
calma.
viernes, 21 de marzo de 2014
Voy a saltarte.
Te voy a hablar del miedo
sólo porque estoy acojonada,
acojonada y con miedo a quererte más.
Es esa sensación,
ese nudo en la garganta al pensar en el dolor
y esa sonrisa de gilipollas al pensar en tu sonrisa.
Es frenar para coger impulso,
son contradicciones una y otra vez
negarte a ti mismo algo evidente
y afirmarlo sólo en tu cabeza.
Es caminar de la mano
y abandonar el miedo en el asfalto
para después recogerlo con el último beso.
Es mi miedo,
a equivocarme de nuevo.
Es mi miedo,
a que escuezas más
que la sal a las heridas.
Es miedo,
a lo que mi corazón se acostumbró.
A desquerer,
a detenerse,
a temblar,
a huir.
Ahora late,
lo hace a velocidad constante.
Con calma, con miedo.
Es tenerte en mi cama
y no querer hacerte el amor
ni mucho menos follarte;
es querer abrazarte
apoyar mi cabeza sobre tu hombro
y dormir
y sentirte
y soñarte.
Es olvidar la monotonía
y caer en la rutina
o caerme en ti
y empaparme de todo lo que olvidé.
Es desconocerme al conocerte
y conocerme al desconocerte
y quererte sin decirte lo que siento.
Y es que me imagino al miedo
como ese vértigo a las alturas
que sólo superas saltando.
Voy a saltarte.
Tú eres el miedo y yo
una puta cobarde;
son mis ganas de no huirte
y han llegado para quedarse.
sólo porque estoy acojonada,
acojonada y con miedo a quererte más.
Es esa sensación,
ese nudo en la garganta al pensar en el dolor
y esa sonrisa de gilipollas al pensar en tu sonrisa.
Es frenar para coger impulso,
son contradicciones una y otra vez
negarte a ti mismo algo evidente
y afirmarlo sólo en tu cabeza.
Es caminar de la mano
y abandonar el miedo en el asfalto
para después recogerlo con el último beso.
Es mi miedo,
a equivocarme de nuevo.
Es mi miedo,
a que escuezas más
que la sal a las heridas.
Es miedo,
a lo que mi corazón se acostumbró.
A desquerer,
a detenerse,
a temblar,
a huir.
Ahora late,
lo hace a velocidad constante.
Con calma, con miedo.
Es tenerte en mi cama
y no querer hacerte el amor
ni mucho menos follarte;
es querer abrazarte
apoyar mi cabeza sobre tu hombro
y dormir
y sentirte
y soñarte.
Es olvidar la monotonía
y caer en la rutina
o caerme en ti
y empaparme de todo lo que olvidé.
Es desconocerme al conocerte
y conocerme al desconocerte
y quererte sin decirte lo que siento.
Y es que me imagino al miedo
como ese vértigo a las alturas
que sólo superas saltando.
Voy a saltarte.
Tú eres el miedo y yo
una puta cobarde;
son mis ganas de no huirte
y han llegado para quedarse.
jueves, 20 de marzo de 2014
Sintonizar el tiempo.
Un día te paras
a pensar en el ayer.
Y te das cuenta de
que tu círculo de amigos
es más pequeño cada día.
Cada vez es más difícil verlos
y coordinar horarios entre vosotros
por motivos de trabajo,
estudios, preferencias...
Y te empiezas a plantear
porqué ahora disfrutas más
de esa cervecita en casa
y tomar un simple café
cada vez te da más pereza
aunque sólo sea para conversar un rato.
Las multitudes ya no son tan divertidas,
las horas en la calle
ya no son parte de tu rutina.
Quizá tu camino
empieza a tomar sentido.
Tu vida,
o hasta ahora lo que conocías de ella
desaparece ante tus ojos.
Mientras algunos
siguen siendo verdaderos amigos,
otros no eran tan especiales después de todo.
La amistad, al fin y al cabo,
no se basa en el tiempo,
si no en la calidad de las
personas que tienes a tu lado.
Las personas son egoístas.
Muchas se acercan por puro interés;
otras simplemente pasan por tu vida
para aprender a no ser como ellas.
Te das cuenta
que hay decisiones que tomarás
y quizá no sean las adecuadas
pero los errores
te hacen crecer como persona.
Aprendes a que el tiempo no vuelve,
que la vida
no da segundas oportunidades,
que los amores baratos
sólo te dejan la cama vacía,
que los amaneceres
son más bonitos sin resaca,
que hay sonrisas
que te alegran el día,
que hay momentos
en los que sólo necesitas un abrazo,
que el corazón
siempre guarda un sitio para el dolor,
que la confianza
se pierde en cuestión de segundos,
que en el amor
siempre hay reproches
y que las mejores noches
las pasas entre sus brazos.
Tratas día a día
empezar a entenderte a ti mismo,
sobre lo que quieres y lo que no.
Tus opiniones
se vuelven más fuertes.
Miras a tu alrededor
y ves como actúan las personas
y te encuentras a ti mismo
juzgando un poco más de lo normal
porque tu vida
ya no es tan parecida a la de los demás.
A veces tratas de aferrarte al pasado,
pero te das cuenta de que el pasado
cada vez se aleja más
y que no hay otra opción
que la de seguir avanzando
y debes saber
conservar bien el presente
porque será tu única
compañía en el futuro.
a pensar en el ayer.
Y te das cuenta de
que tu círculo de amigos
es más pequeño cada día.
Cada vez es más difícil verlos
y coordinar horarios entre vosotros
por motivos de trabajo,
estudios, preferencias...
Y te empiezas a plantear
porqué ahora disfrutas más
de esa cervecita en casa
y tomar un simple café
cada vez te da más pereza
aunque sólo sea para conversar un rato.
Las multitudes ya no son tan divertidas,
las horas en la calle
ya no son parte de tu rutina.
Quizá tu camino
empieza a tomar sentido.
Tu vida,
o hasta ahora lo que conocías de ella
desaparece ante tus ojos.
Mientras algunos
siguen siendo verdaderos amigos,
otros no eran tan especiales después de todo.
La amistad, al fin y al cabo,
no se basa en el tiempo,
si no en la calidad de las
personas que tienes a tu lado.
Las personas son egoístas.
Muchas se acercan por puro interés;
otras simplemente pasan por tu vida
para aprender a no ser como ellas.
Te das cuenta
que hay decisiones que tomarás
y quizá no sean las adecuadas
pero los errores
te hacen crecer como persona.
Aprendes a que el tiempo no vuelve,
que la vida
no da segundas oportunidades,
que los amores baratos
sólo te dejan la cama vacía,
que los amaneceres
son más bonitos sin resaca,
que hay sonrisas
que te alegran el día,
que hay momentos
en los que sólo necesitas un abrazo,
que el corazón
siempre guarda un sitio para el dolor,
que la confianza
se pierde en cuestión de segundos,
que en el amor
siempre hay reproches
y que las mejores noches
las pasas entre sus brazos.
Tratas día a día
empezar a entenderte a ti mismo,
sobre lo que quieres y lo que no.
Tus opiniones
se vuelven más fuertes.
Miras a tu alrededor
y ves como actúan las personas
y te encuentras a ti mismo
juzgando un poco más de lo normal
porque tu vida
ya no es tan parecida a la de los demás.
A veces tratas de aferrarte al pasado,
pero te das cuenta de que el pasado
cada vez se aleja más
y que no hay otra opción
que la de seguir avanzando
y debes saber
conservar bien el presente
porque será tu única
compañía en el futuro.
lunes, 17 de marzo de 2014
Todos sueñan.
El mendigo sueña
con un billete en su vaso
y el vaso
con una boca que lo bese.
Por la acera
donde suspira el vaso
pasa un adolesente
que sueña con invitar
a bailar a Eva
mientras Eva sueña
con conocer algún día
al futbolista de su carpeta.
Los futbolistas sueñan
con poder ir con
sus chicas al cine
y la chica del cine
que no les dará
las entradas
sueña con un
fin de semana libre.
El parado que se pasa
los sábados y
los domingos al sol
sueña con con un puesto
de lo que sea en donde sea
y el inmigrante
ecuatoriano que aceptó
ese trabajo insalubre
antes que él,
sueña con tener papeles.
El funcionario
que le denegó el permiso de trabajo
sueña con la hora
del cigarrillo
y de camino hacia el estaco
choca con un hombre gris
que sueña con ser cantante
y que ignora que
el cantante sueña
con que le miren
sin luz de escenario.
alguien que quiera
mirarle dentro.
Tras el concierto
su mánager sueña
con un contrato millonario.
Y yo
que sólo sueño
con volver a verte.
Marwan.
con un billete en su vaso
y el vaso
con una boca que lo bese.
Por la acera
donde suspira el vaso
pasa un adolesente
que sueña con invitar
a bailar a Eva
mientras Eva sueña
con conocer algún día
al futbolista de su carpeta.
Los futbolistas sueñan
con poder ir con
sus chicas al cine
y la chica del cine
que no les dará
las entradas
sueña con un
fin de semana libre.
El parado que se pasa
los sábados y
los domingos al sol
sueña con con un puesto
de lo que sea en donde sea
y el inmigrante
ecuatoriano que aceptó
ese trabajo insalubre
antes que él,
sueña con tener papeles.
El funcionario
que le denegó el permiso de trabajo
sueña con la hora
del cigarrillo
y de camino hacia el estaco
choca con un hombre gris
que sueña con ser cantante
y que ignora que
el cantante sueña
con que le miren
sin luz de escenario.
alguien que quiera
mirarle dentro.
Tras el concierto
su mánager sueña
con un contrato millonario.
Y yo
que sólo sueño
con volver a verte.
Marwan.
lunes, 3 de marzo de 2014
Juntos y ...
Llovía demasiado
tanto,
que ni siquiera
podía salir de la cama.
Me gustaba la lluvia.
Correr por las calles
sin coger el autobús
buscando cobijo
en los balcones.
Pisar los charcos
con mis botas nuevas.
Llegar a casa empapada,
con el pelo mojado,
las manos heladas
y el rimmel corriendo
por mis mejillas.
Miré por la ventana,
era una mañana gris
como siempre.
Al incorporarme
me di cuenta de que todavía
seguía desnuda.
Me giré hacia la mesita
y encendí un cigarrillo.
Fui a la ventana,
la abrí de par en par.
La lluvia caía sobre mi pecho,
era una sensación tan abrumadora...
casi tanto como cuando tus
manos recorrían mi cuerpo.
Te estuve pensando
un buen rato.
Recuerdo como empezó todo...
Revueltos.
Eran las nueve,
él venía a buscarme
dos calles más
abajo de mi casa.
Salí dando un portazo
dos calles más
abajo de mi casa.
Salí dando un portazo
sin pensar que
aquella noche
quedaría para siempre
en el recuerdo.
Caminaba de puntillas
aunque con paso firme.
Esquivaba los restos
de un pasado no muy lejano
no quería,
no debía,
mirar atrás.
aquella noche
quedaría para siempre
en el recuerdo.
Caminaba de puntillas
aunque con paso firme.
Esquivaba los restos
de un pasado no muy lejano
no quería,
no debía,
mirar atrás.
Nos saludamos
con dos besos rápidos
en las comisuras,
con dos besos rápidos
en las comisuras,
con ganas,
pero a la vez,
pero a la vez,
con timidez.
La noche era larga,
y mis pantalones
demasiado cortos.
La brisa jugaba con su pelo
y me sentía libre
dentro de la cautividad
de su mirada.
Al bajar del coche
llovía demasiado,
no teníamos a donde ir.
Encontramos un portal
detrás del bar de siempre
y nos colamos.
y nos colamos.
Noté sus dedos rozando
mi espalda
mi espalda
pero no oía sus pasos,
sólo la respiración.
Era como estar en medio
de una tormenta de verano
donde quieres cubrirte
pero el calor se apodera de ti.
.
.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)